domingo, 26 de mayo de 2013

Granada
















Granada duerme cautiva
de un sueño lejano y muerto,
que brota como una fuente
en la noche de un recuerdo
tan liviano como eterno.

Cristal que flota en el tiempo
y en sus murallas refleja
el resplandor, aún candente,
de una luna que se aleja
entre sollozos y quejas.

Yo ese sueño lo he soñado
en una tarde robada
a los jardines del miedo,
mientras mis ojos hablaban
y su corazón callaba...

Luego el dolor se hizo viento
y siete estrellas cantaban
acariciando promesas
que el cielo me regalaba
y la mañana borraba.

Sueña Granada que duerme,
desbordada de belleza...
y se olvida que en sus sueños
las esperanzas son penas
y el Darro ya no la besa.

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