lunes, 5 de septiembre de 2016

Catherwood, Stephens y los mayas



Cuando Frederick Catherwood conoce a John Lloyd Stephens en 1836, se produce el encuentro de dos espíritus aventureros y amantes de la exploración arqueológica, lo que unido al interés que despertó en ambos el trabajo recientemente publicado por Juan Galindo sobre los vestigios de la civilización maya en Copán, les animó a emprender una expedición al corazón del mundo maya que daría lugar a un libro extraordinario para la época, Incidents of  travel in Central America, Chiapas, and Yucatan, publicado por primera vez en el año de 1841.
Catherwood
Los dos volúmenes de esa primera edición fueron una absoluta novedad y un gran avance para el inicio del conocimiento de una cultura, la de los mayas, que en aquella época era todavía casi desconocida.


Stephens
Catherwood, además de explorador, arquitecto y fotógrafo, fue un magnífico dibujante que nos dejó en herencia unas fantásticas ilustraciones de cuanto él y Stephens encontraron en sus viajes. Porque, tras aquel primero, volvieron a visitar Yucatán, lo que dio lugar a un segundo libro, Incidents of travel in Yucatan, cuya publicación, en 1843, completó el trabajo realizado en el primero.


El Americano Stephens fue, en ambos casos, el autor del texto, enriquecido por las excelentes ilustraciones de Catherwood, que dejaron para la posteridad una visión romántica del mundo maya, muy similar a la que nos legó David Roberts de Egipto.
Los grabados obtenidos de sus dibujos, en los que siempre incluía detalles personales en la composición de la escena que ayudaban a conseguir ese ambiente de misterio y aventura, tan importante en los grandes libros de viajes, son magníficos. De ellos, incluimos aquí algunos ejemplos que nos permiten imaginar cómo encontraron aquellos dos intrépidos viajeros unas ruinas, semiocultas por la selva que aún hoy, tantos años después, siguen llenas de incógnitas. Disfrutemos de la obra de Catherwood.

Puerta del Gran Teocalis (Uxmal)













El Castillo (Chichén Itzá)
Las Monjas (Chichén Itzá)









Palenque
Templo en Tulum


El Castillo (Tulum)















































































































































Tanto Stephens como Catherwood fueron verdaderos pioneros en su época y sus libros siguen estando considerado como clásicos de una materia que no deja de despertar el interés de profesionales y aficionados. Yo recomiendo la lectura de su obra. Nadie que quiera visitar los vestigios de esa enigmática civilización debería dejar de leer estas interesantes crónicas.
Y, probablemente, hubiesen continuado las expediciones de aquellos dos intrépidos viajeros, de no haber fallecido Stephens en Panamá (1852) y Catherwood (1854) en el naufragio del vapor Artic cerca de la costa de Terranova, cuando viajaba de su Inglaterra natal a Nueva York. Ni él ni Stephens tuvieron la oportunidad de seguir descubriéndonos aquel mundo fascinante.


1 comentario:

  1. No se menciona nada acerca de lo que tomaron para sí, es decir, siempre se llevan algo, por que como descubridores, lo consideran suyo. No creo que se hayan conformado con venir , trabajar arduamente y no llevarse nada. Podrían informarnos sobre lo que se llevaron también? Gracias.

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