Entre los muchos países extraordinarios que tiene nuestro planeta, es indiscutible que Argentina ocupa uno de los lugares más destacados.
Su geografía es de una variedad excepcional, sus paisajes impresionantes y el vibrante poderío de su naturaleza, aún virgen en inmensas áreas de su gran extensión, no deja nunca de asombrarnos.
Parque Nacional de los Glaciares |
Al sudoeste de la provincia de Santa Cruz, en plenos Andes Australes y muy cerca de Chile, nos encontramos con una de sus principales maravillas: el Parque Nacional de los Glaciares.
Salvo para aquellos con tiempo y ánimo suficientes como para atravesar casi todo el país de norte a sur, el mejor modo de llegar hasta él es volar hasta la localidad de El Calafate.
El Calafate, una ciudad fundada en el pasado siglo que toma su nombre de un arbusto espinoso autóctono, es uno de los principales destinos turísticos de Patagonia (la tierra así denominada por Magallanes, tras conocer a sus indígenas, a los que llamó patagones por su estatura y el notable tamaño de sus extremidades y grandes pies). Y el motivo de su atractivo turístico no es otro que la proximidad del Parque Nacional de los Glaciares.
Todo el parque, declarado Patrimonio Mundial por la UNESCO en 1981, es impresionante, pero en él destacan sus dos grandes lagos, el Viedma y el Argentino, el Monte Fitz Roy y, sobre todo, sus inmensos glaciares, en especial el Upsala y el Perito Moreno.
Glaciar Upsala |
Desde El Calafate es muy fácil acceder a todas estas maravillas naturales, si bien para visitar el Fitz Roy hay que desplazarse a la pequeña localidad de El Chaltén, que se encuentra, literalmente, al pie de los conos graníticos de la que fue llamada montaña humeante por los antiguos pobladores de la zona. Observar el Fitz Roy (también conocido como Chaltén) desde cualquier lugar de su entorno próximo nos ofrece, en todo momento, alternativas de luz y color dignas de ser conservadas en nuestra cámara y, sobre todo, en la memoria de nuestra retina.
La "Montaña Humeante" |
Navegar por el lago Argentino es otra experiencia irrepetible. A medida que nos acercamos a la descomunal muralla helada del glaciar Upsala, a través del Brazo Norte, nos vamos encontrando con grandes y azules bloques de hielo flotantes, desprendidos del milenario e inmenso glaciar, que nadan, indolentes, por las grises aguas que nacieron en las cumbres de los Andes. Y cuando llegamos ante la pared vertical, agrietada por las garras del tiempo sobre los acantilados de hielo que se alzan sobre las aguas del lago, sus más de sesenta metros de altura nos sobrecogen con esa fuerza eterna, rotunda y poderosa que desprenden, desde lo más profundo de su alma, estos colosos congelados.
La excursión nos permitirá, además, pasear por el borde del lago e, incluso, caminar sobre la nieve que cubre la inmensa masa del gigantesco glaciar.
Dos o tres días son suficientes para completar la experiencia del parque. Y conviene dejar para el último de ellos la visita a su mayor atractivo: el glaciar Perito Moreno.
Iceberg desprendido del glaciar Upsala |
No es, ni mucho menos, el mayor de los glaciares de la zona, pero su particular disposición, avanzando de forma incesante hacia tierra firme, lo convierte en un espectáculo natural casi único en el mundo. En especial, cuando se produce la ruptura del gigantesco arco de hielo que las constantes filtraciones de la corriente del lago han ido horadando en su propia masa helada.
También es único por la posibilidad de disfrutar desde tierra de toda su fabulosa panorámica, con independencia de que podamos, asimismo, acercarnos a él desde una embarcación, desplazándonos sobre las aguas del lago. Lo recomendable es hacer las dos cosas, ya que las perspectivas son diferentes y el conjunto de ambas es lo que nos permitirá obtener una mejor visión de este glaciar diferente, de nombre y características tan sorprendentes.
Arco de hielo en el glaciar Perito Moreno |
Muy cerca del Perito Moreno, con increíbles vistas sobre el glaciar y en un enclave natural extraordinario y aislado, se encuentra la Hostería Los Notros, un hotel irresistible para quienes deseen sentir y oír los latidos del corazón de hielo de uno de los glaciares más famosos del mundo.
Otra opción es quedarse en un hotel de El Calafate, para estar situados en una posición más equidistante de las diferentes zonas del parque. En este caso, recomiendo la Posada Los Álamos, en pleno centro de la nada convencional ciudad. No muy lejos de este hotel, otra interesante alternativa es el singular Hotel Esplendor, en el que el moderno diseño y la herencia patagónica se unen con especial y cálida armonía.
Buenos restaurantes de asados criollos no faltan en El Calafate, entre ellos destaco el más antiguo, La Tablita, cuya especialidad, el cordero asado al más tradicional estilo de Patagonia, es lo más atractivo de una carta amplia y muy variada, a la que no desmerece su interesante bodega de vinos argentinos.
Acantilados de hielo del glaciar Perito Moreno |
Es un viaje largo para casi todos, me consta, pero la Patagonia es, en verdad, tan impresionante, desde todos los puntos de vista, que no puedo evitar recomendarla intensamente, a pesar de la gran distancia que a muchos nos separa de ella. Nadie que visite los gigantes helados del sur y, de noche, observe desde aquellas lejanas estribaciones de los Andes el impoluto y transparente cielo del paralelo 50 quedará libre de escuchar en su interior la llamada de una naturaleza serena e infinita que, por suerte, sigue siendo mucho más poderosa que el ser humano en aquellos remotos confines del mundo.
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