Córdoba ya no suspira
entre romero y claveles,
escondida en aquel patio
tras un recuerdo que duerme.
Córdoba ya no te nombra
cuando sueñan sus geranios,
bajo miradas y sombras
que trepan por sus paredes,
tan blancas como tu ausencia
y calladas como el alba.
Córdoba ya se ha olvidado
de la luz de sus mañanas,
del color de los olivos
y del silencio del alma.
Córdoba ya solo piensa
en el azahar de sus nubes,
el sabor de la tristeza
y en una guitarra amarga.
Música: Capricho árabe (Tárrega)
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