viernes, 7 de marzo de 2014

Las playas de Swansea

Los Twyford nos invitaron a Foxgloves, su bonita casa en la campiña galesa.

Bandera de Gales
Después de haber pasado tantos años destinados en Lagos, se decidieron por Gales para establecer su retiro, tras haber considerado la posibilidad de hacerlo en Francia o España, donde residía su familia más próxima.
Ignoro si fue por eso, precisamente, por lo que optaron por este recóndito rincón de Gran Bretaña, pero el caso es que allí se fueron a vivir, junto a un verde y frondoso bosque, en la rivera del Wye, muy cerca de la frontera inglesa.

Foxgloves (digitalis purpurea)

Pero nada de esto tendría especial relevancia para ser comentado aquí de no ser porque, como he dicho al principio, su invitación me dio la oportunidad de conocer la costa del suroeste de Gales, sus fantásticas playas y sus bonitos y bien cuidados pueblos.
Por si hay alguien que no lo sepa, debo decir que el nombre de su casa, Foxgloves, es que los británicos dan a una flor, la digitalis purpurea, que forma vistosos racimos colgantes y tubulares, de hojas muy utilizadas con fines medicinales pero que también son extraordinariamente venenosas.

Los bosques que rodean Foxgloves son frondosos y excelentes para dar largos paseos, pertrechados con un buen bastón de fresno o castaño y tampoco se debe dejar de visitar Chepstow y, sobre todo, Monmouth, cuna de Charles Rolls, el fundador de Rolls Royce, cuya estatua se alza en el centro de la ciudad.
Monmouth cap
Monmouth es una simpática y animada localidad, capital del condado, que cuenta con un interesante puente fortificado y con un gran número de comercios a lo largo de su calle principal. Allí podremos comprar un monmouth cap, el histórico y tradicional gorro que usaron soldados, marinos y civiles, tanto en Gales como en buena parte de Inglaterra, desde el siglo XV.

El valle del Wye, con sus magníficas vistas sobre el río es una zona de sorprendente y reconocida belleza natural. Se trata de un área protegida, muy visitada desde los tiempos en los que viajar era una actividad reservada a las clases privilegiadas. 
Los escenarios sobre el Wye son impresionantes y, en verdad, el valle merece haber sido designado como Area of Outstanding Natural Beauty (AONB), porque, sin duda, lo es.

En el valle podemos admirar las bien conservadas ruinas de la famosa Tintern Abbey, una abadía cisterciense cuyos orígenes se remontan al siglo XII y que es imprescindible conocer de cerca.
Poetas y artistas del siglo XVIII visitaron con frecuencia al valle y su obra fue la semilla que germinó hasta convertirse en el origen del turismo británico. Al parecer, la primera guía turística ilustrada que se publicó en Inglaterra fue Observations on the River Wye, de William Gilpin.

Como es lógico, descubrir y explorar el valle del Wye desde mi privilegiada residencia temporal en Foxgloves fue un placer, pero no quise perder la oportunidad de conocer la costa del suroeste de Gales y, más particularmente, Swansea, cuya fama me atraía desde mucho tiempo atrás.

Llegar a la bahía de Swansea desde Monmouth apenas requiere un viaje cómodo y sencillo, atravesando una bonita parte de Gales o tomando la autopista que bordea Newport y Cardiff.
En cualquier caso, pronto llegamos a Swansea, la segunda ciudad de Gales en número de habitantes y puerta de entrada a la península de Gower y sus espectaculares playas.

Rhossili Bay
Lo más recomendable es bordear la amplia bahía de Swansea, disfrutando de sus vistas y llegar hasta el pequeño pueblo de Mumbles, lugar ideal para comer y hacer algunas compras en sus interesantes tiendas locales.
Mumbles, antes conocido como Oystermouth, está situado en el extremo sur de la bahía de Swansea y es el punto de partida para adentrarnos en la impoluta península de Gower, donde encontraremos las mejores playas de Gran Bretaña y, tal vez, de toda Europa.

La península se extiende al oeste de Swansea y Mumbles y tiene una extensión de unos ciento ochenta kilómetros cuadrados. Toda ella está rodeada de grandes playas y acantilados rocosos que forman un conjunto natural de gran belleza, mantenida, afortunadamente, a salvo de la dañina mano del hombre.
Puede decirse, sin temor a equivocarnos que es una de las costas más impresionantes del mundo.
Con la marea baja, las playas de Gower se vuelven infinitas y el mar nos brinda una sucesión de suaves olas, tan separadas entre sí que parecen colocadas, expresamente, para ser fotografiadas. La ausencia de edificios en el borde del mar, completa la sensación de calma que suele estar realzada por una luz que mezcla la intensidad de los colores con la suavidad del filtro natural de la permanente brisa que acaricia la playa.

Rhossili Bay y Worms's Head
En verano, el clima es muy templado (alrededor de veinte grados), aunque es cierto que su situación tan occidental favorece la entrada de unas frecuentes lluvias, que son las últimas responsables del inmenso verdor del paisaje interior de la península.

Son muchas las playas de Gower, pero yo quiero resaltar las dos que más me gustan.
La primera es la famosísima Rhossili Bay, considerada por casi todos como una de las diez mejores playas del mundo. Y no voy a ser yo quien les contradiga, porque el arco que forman sus cinco kilómetros de arena, con dunas a su espalda, visto desde lo alto de las colinas que la protegen por el este, no pueden dejar insensible a nadie que lo contemple.
En su extremo sur destacan un par de peñones (unidos a tierra cuando la marea está baja y convertidos en islas durante la pleamar), conocidos como Worm's Head que acaban de conformar uno de los más notables paisajes costeros que podamos imaginar.
Esta playa ha sido elegida, un año tras otro (y con toda la razón), como la primera del Reino Unido y una de las tres mejores de Europa.

Three Cliffs Bay
La otra que quiero destacar es Three Cliffs Bay.
Situada en el litoral sur de la península, esta playa presenta un escenario de gran belleza, con sus tres picos rocosos emergiendo de la arena y el sorprendente arroyo que desemboca en el mar, dividiendo la playa. La vista desde sus acantilados ha sido considerada como la más atractiva de toda Gran Bretaña. Tras ella, las ruinas del castillo encantado de Pennard vigilan la bahía.



Shepherd Hut
Una excelente alternativa para pasar la noche en plena naturaleza es el Three Cliffs Bay Holiday Park, que ofrece varios tipos de alojamiento, entre los que cabe destacar las muy cuidadas Farm Cottages y los fantásticos Shepherd Huts. Una experiencia inigualable.

Hay mucha más costa que explorar en Gower, pero si nuestro tiempo es limitado, deberemos seguir viaje para conocer otros dos lugares que no debemos dejar de visitar.


Tenby
Tenby es uno de ellos. Un pequeño pueblo sobre el mar, situado en el extremo occidental de la bahía de Carmarthen, cargado de historia y rodeado de playas, que brinda al visitante un conjunto urbano de singular atractivo desde cualquier punto de vista.
Su línea de casas frente al mar, todas pintadas en diferentes y muy elegidos tonos pastel, invitan a los artistas a recogerlas en sus lienzos y a los transeúntes menos dotados para las artes plásticas, a llevárselas a casa dentro de sus cámaras.
Y por si el brillante conjunto natural que lo envuelve no fuera suficiente, unas tiendas en las que siempre apetece entrar a curiosear y un sinfín de bien cuidados restaurantes y cafés acaban de convertir a Tenby en un decorado perfecto para vivir en él unas vacaciones especiales, de esas que ya no se llevan y que a mí, sin embargo, me gustan tanto.


Catedral de St Davids
Deberemos seguir nuestra ruta hacia el oeste hasta llegar a St Davids, la ciudad (tiene concedido este rango por Isabel II, desde 1995) más pequeña del Reino Unido y la única que está dentro de los límites de un parque nacional británico.
St Davids debe su nombre al patrón de Gales, que vivió allí en el siglo VI y fundó un monasterio justo en el lugar en el que ahora se alza su catedral, destruida varias veces por los vikingos y otras tantas restaurada.
Los venerados restos del santo descansan allí, siendo uno de los más importantes destinos de peregrinaje durante mucho tiempo, sobre todo, tras la bula de Calixto II (creador, también, del Año Santo Compostelano), que afirmaba que dos peregrinaciones a St Davids equivalían a una hecha a Roma.

St David
Un detalle digno de resaltar acerca de esta catedral es que está construida en un terreno bajo, rodeado de colinas, y su torre no puede verse desde el mar, pese a estar este muy cerca. La tradición cuenta que el motivo no es otro que el de evitar, precisamente, que las naves vikingas, habituales en esa costa, avistasen la torre y decidiesen atacar el templo para saquearlo. La historia no parece estar muy a favor de esa teoría, ya que los saqueos fueron frecuentes, aunque ignoramos si lo hubiesen sido más, aún, de ser la catedral de St Davids visible desde el mar.


Yo volví feliz a Foxgloves, como no podía ser de otra forma, tras este magnífico viaje, en el que tuve la suerte de conocer a fondo una de las costas más bonitas de Gran Bretaña y las impresionantes playas de Swansea.
Algo que tengo que agradecer eternamente a Vic y Noly Twyford.

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