Casi todos los turistas occidentales que viajan a Bali, lo hacen seducidos por su mitificada imagen de paraíso exótico. En Europa, muchos imaginan a Bali como una remota y sensual isla, repleta de bellas mujeres y blancas playas tropicales. En Australia, como un destino próximo y barato, ideal para el surf y las juergas nocturnas. En Estados Unidos y Japón, por suerte, no piensan en ella.
Campos de arroz |
Tal vez su religión hinduista ha tenido mucho que ver con la independencia mental de Bali de la mayoría islámica indonesia, manteniendo virgen su espíritu a través de los tiempos...
No es posible sentirse defraudado tras un viaje a Bali. Pero sí lo es darse cuenta de que, en muchas ocasiones, el viaje ha estado mal planificado.
No es posible sentirse defraudado tras un viaje a Bali. Pero sí lo es darse cuenta de que, en muchas ocasiones, el viaje ha estado mal planificado.
Porque si seguimos el imaginario europeo, fomentado por los turoperadores y agencias de viajes, quienes identifican Bali con Nusa Dua y su colección de lujosos hoteles playeros, habremos hecho un viaje demasiado largo para un resultado convencional. Lujoso, pero convencional.
Porque la riqueza de Bali está fuera de ese seudoparaíso artificial. Bali no es Polinesia. Ni siquiera el Caribe, en cuanto a playas se refiere. Pero está a años luz de distancia de ambas (en realidad a siglos) en cuanto a tradiciones y cultura.
En nuevos artículos hablaré de otros lugares asombrosos de Bali, como Jimbaran, Uluwatu, Besakih, Tenganan, Tanah Lot, Mengwi... pero en ésta quiero concentrarme en la región que considero el alma de la isla: Ubud.
Ubud es la capital cultural y artística de Bali. Se encuentra entre el sur y el centro de la isla, en un paraje espectacular, rodeada de interminables arrozales, bosques, verdes montes y ríos de gran belleza.
Entre estos últimos destaca la garganta del río Ayung, cuyos alrededores son, tal vez, lo más genuíno de la naturaleza balinesa.
Ubud es una ciudad animada, llena de artistas y con constantes manifestaciones culturales. Su mercado es atractivo, sus tiendas de un gusto refinado y sus restaurantes, difíciles de igualar. El mejor de todos es el Ary's Warung, un lugar exquisito y auténtico, donde podremos disfrutar de la más sofisticada comida indonesia, en un ambiente único. Se encuentra en pleno centro de Ubud, frente al famoso Café Lotus, otro restaurante que merece la pena visitar (más que por la calidad de su comida, por su privilegiada ubicación, en el interior del jardín de un templo).
La atmósfera de Ubud está presidida por el arte. Podemos visitar su museo de pintura, el vecino de Peliatan, sus múltiples galerías de arte y los propios talleres, donde artistas plásticos de todo el mundo, viven y crean sus obras.
La artesanía local es rica y variada, como también lo son otras manifestaciones artísticas (por ejemplo las danzas balinesas que todas las noches se presentan en el Puri Saren, el palacio de Ubud) y, por su situación, es un lugar ideal para hacer excursiones durante el día.
No muy lejos de Ubud están los Parques de Aves y Reptiles de Bali; la Reserva de Monos; Taro, con sus vacas albinas sagradas; el Puri Gianyar... incluso se puede pasear a lomos de un elefante de Sumatra en el curioso Elephant Safari Park.
Palacio Real de Ubud |
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